Energías renovables luego del Acuerdo de París

May 6, 2016 | DAR Opina, Energía Sostenible, Noticias

Escribe: Claudia Ramírez.

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Gran parte de los 600 millones de latinoamericanos residen en zonas donde se desarrolla la agricultura, pesca y turismo, actividades altamente vulnerables al cambio climático. En nuestra región, el calentamiento global registraría pérdidas económicas de US$100 000 millones anuales para el 2050. Por ello, el 61% de los latinoamericanos considera al cambio climático como la amenaza global natural más grave de los últimos tiempos (Pew Research Center, 2015).

El nuevo acuerdo mundial firmado en París, el pasado diciembre, es clave para la lucha contra los efectos del cambio climático. En este acuerdo, 196 partes (195 países más la Unión Europea) se comprometieron con reducir sus gases de efecto invernadero (GEI), principales responsables del aumento de temperatura en el planeta. Entre los firmantes están los principales emisores de GEI: China, Estados Unidos, India y la Unión Europea (UE).

El objetivo global es mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2 °C, con respecto a los niveles preindustriales, y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 °C.

 

El rol de las energías renovables en el Acuerdo de París es fundamental para el logro de los objetivos pactados

El acuerdo de París se construyó sobre las llamadas “contribuciones” nacionales (INDC, por sus siglas en inglés) de los 195 países que negociaron el Acuerdo. Los países desarrollados, además, deberán movilizar fondos a los países vulnerables para sus acciones en pro de la mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático. El compromiso es movilizar 100 000 millones de dólares anuales (como mínimo) hasta el año 2025. América Latina, abundante en recursos energéticos renovables (RER), puede ser el destino principal que capitalice dichos fondos. Cuatro de los diez mejores países para la inversión en energía limpia se encuentran en Latinoamérica: Brasil, Chile, México y Uruguay. La demanda de energía en la región será el doble para el año 2030.

 

Un incremento de inversiones en energía limpia significaría más empleos verdes, mejoras en la salud pública, ahorros en gastos energéticos y menor dependencia a la importación de combustibles fósiles

La transición hacia un sistema energético sostenible es necesaria. El actual sistema presenta serias deficiencias, Andrea Ruótolo señala que es poco confiable, ya que no cubre la demanda, es inestable y crea problemas como el cambio climático; cuyos efectos ya están generando inestabilidad social y económica. Además, requiere de una alta inversión, que no disminuirá con el pasar de los años. Agregó que tampoco está listo para enfrentar los problemas que se acrecentarán en el futuro. En caso que 9 de 55 000 subestaciones eléctricas en Estados Unidos presentaran fallas, generarían apagones de costa a costa por 18 meses a más.

Por otro lado, el coste de la energía solar ha caído un 80% y el de la eólica un 33% desde 2000, es decir, es cada vez más rentable. Anan Amin, director general del International Renewable Energy Agency (IRENA) ha señalado que en la actualidad, la energía solar crea dos veces más empleo que el gas y el carbón juntos, por unidad de generación eléctrica.

 

De los 188 compromisos nacionales de reducción de emisiones incluidos en el Acuerdo de París, 164 basan el cumplimiento de sus promesas en objetivos de generación renovable

El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha incidido que el acuerdo de París es “una oportunidad sin precedentes para las energías renovables”. Latinoamérica debe interpretarlo como el momento propicio hacia el crecimiento sostenible, con las renovables como el principal motor de cambio.

Sin embargo, existen importantes dificultades por superar para viabilizar nuestro enorme potencial en RER. Ruótolo menciona que las llamadas barreras sociales, económicas e institucionales son consecuencia de barreras más fundamentales: la resistencia consiente a un modelo de negocio y la inercia, que cree que la tecnología va a resolver los problemas del sistema actual.

De acuerdo con la especialista, computarizar la red y promover las “Redes inteligentes” sin considerar los costos sociales y ambientales, no permite tener una visión integral del sistema energético con visión a largo plazo. Para Ruótolo, la resistencia consiente y la inercia, de parte de los tomadores de decisiones, se refleja en sistemas institucionales regulatorios económicos y sociales insuficientes para atender los problemas de sostenibilidad, sustentabilidad y accesibilidad actuales.

Para Miquel Muñoz, consultor senior en RER, una barrera importante para las renovables es la integración a la red eléctrica. Algunos países de la región han generado dispositivos de acceso directo, capacidad de transmisión y orden de despacho, sin embargo, hace falta un marco regulatorio con adecuadas políticas de incentivo para que realmente puedan funcionar. Además, el especialista señala que es fundamental que los Estados cuenten con iniciativa propia para el desarrollo de las acciones contra el cambio climático y promoción de las RER, y no esperar pasivamente el fondo de París.

Por otro lado, Byron Chiliquinga señala que no se está prestando atención suficiente al enorme potencial de la generación eléctrica a partir de los residuos orgánicos (biomasa), por lo cual se viene desperdiciando este gran potencial en la región. El especialista brinda como recomendación que los costos asociados a la evaluación de los recursos renovables sean provistos por el Estado, y no por las empresas (siguiendo un modelo que dejó de implementarse en los años 90); esto sería significativo en la reducción de costos finales a los usuarios de la energía limpia.

Los desafíos son grandes, pero también las oportunidades.


Nota: Los temas mencionados en la presente nota formaron parte del webinar Los retos para las Energías Renovables en Latinoamérica, organizado por Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR), donde se compartió con especialistas de la materia sobre las posibilidades y los retos que se abrirían para nuestra región posterior a la firma del Acuerdo de París. Se contó con la participación de Andrea Ruótolo (UpGrid), Miquel Muñoz Cabré (exanalista del IRENA) y Byron Chiliquinga (OLADE), Claudia Ramírez (DAR) y Gabriela Niño (CEMDA), en la moderación. Para descargar el audio y las presentaciones del webinar pueden acceder al siguiente enlace


Foto: Mozzia (Flickr.com).