Mejoremos la gobernanza en las industrias extractivas

Jun 26, 2015 | DAR Opina, Noticias

Escribe: Pilar Camero.

En países como Perú, cuya base productiva y renta económica se apoya principalmente en la explotación minera y de hidrocarburos, la buena gobernanza en las industrias extractivas es un reto tanto de mejora del sistema democrático como una variable de crecimiento económico. Lograr el desarrollo económico y mantener índices de crecimiento constantes va más allá de contar con proyectos extractivos que generen ingentes recursos por renta, canon y regalías.

La gobernanza no es solo el uso eficiente de estos recursos, también requiere reafirmar el pacto social en alianza público-privada sobre la base de pilares democráticos. En el caso de las industrias extractivas, la gobernanza se alcanza si se aseguran condiciones de institucionalidad, transparencia, participación ciudadana, ejercicio de derechos, rendición de cuentas y ética pública.

Además, involucra y compromete al Estado, empresariado y sociedad civil (academia, ONGs, pueblos indígenas, movimientos sociales de base) a través de un trabajo conjunto, comprometido y proactivo que ratifique el pacto social.

Frente al contexto de desaceleración económica, muchas voces han demandado al Estado normas de promoción de la inversión. Asimismo, le exigen asuma un rol de facilitador de la inversión, a costa de debilitar estándares socio-ambientales. Pero, poco o nada se ha dicho sobre la necesidad de mejorar las condiciones de gobernanza estructural y local asociadas a áreas donde anidará la inversión.

Ejemplos de la fragilidad de la gobernanza en las industrias extractivas son los conflictos socio-ambientales como Pickhanaki, Tía María, entre otros. En ese sentido, urge mejorar la gobernanza (en principio local) para generar un clima favorable a las inversiones.

La tarea implica generar espacios de confianza donde cuaje una visión concertada de desarrollo con base local donde la industria extractiva se inserte con legitimidad. De igual modo, implementar políticas públicas y prácticas (estatales, empresariales y sociales) adecuadas, mejorar las capacidades de los actores, y la práctica de derechos y mecanismos de vigilancia con credibilidad. El trabajo será arduo pero los réditos significativos, ganando la sociedad en su conjunto.

Publicado en Diario Uno el 26 de junio de 2015.

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